El proyecto apuesta por una arquitectura contemporánea que dialogue con los edificios históricos circundantes, reinterpretando elementos como el zócalo pétreo, las ventanas con balcón y la cubierta inclinada. Se busca una integración paisajística respetuosa, al tiempo que se incorporan soluciones sostenibles y estrategias bioclimáticas, con vistas a obtener certificaciones ambientales reconocidas en el sector hotelero.

En cuanto a programa, el edificio albergará 33 habitaciones distribuidas en cuatro plantas, zonas comunes en planta baja (recepción, cafetería, desayunos), spa y gimnasio en sótano -1, y áreas técnicas y multiusos en el sótano -2. La intervención responde a un modelo de hotelería de calidad, centrado en la experiencia del usuario, el confort y la eficiencia energética.