El edificio que acoge el balneario es una estructura en desuso, que en su día albergó el Instituto de Enseñanza Secundaria. La particularidad del contexto topográfico permite acceder directamente desde el exterior a tres de sus cuatro niveles, facilitando una distribución funcional eficiente y una integración activa con el entorno.

El anclaje del volumen a la pendiente condiciona tanto la organización de los espacios interiores como la circulación y la relación con el exterior. Estas interacciones se potencian mediante una serie de plataformas a diferentes alturas, que actúan como planos intermedios entre interior y paisaje, articulando visuales, recorridos y usos.